A ti, mamá… y a todas las que brillan con amor
Hoy no es un día cualquiera.
Hoy quiero hablar desde el alma, desde lo más profundo de mi ser.
Hoy quiero celebrar a las mujeres que sostienen el mundo con su amor, su sabiduría y su entrega.
Hoy quiero celebrar a las madres.
Feliz Día de las Madres a todas las que me siguen, a mis clientas, a mis amigas, a mis tías, a las mujeres que luchan, que emprenden, que se levantan cada mañana por sus hijos, por sus sueños y por sí mismas.
Que Dios las bendiga, las abrace y les recuerde cuán valiosas y necesarias son en este mundo.
Quiero comenzar hablando de la mujer que me dio la vida, mi mamá.
Una mujer dulce, fuerte, profundamente espiritual, que siempre ha sido abrigo, guía y oración constante.
Gracias, mamá, por enseñarme con tu ejemplo.
Por tus oraciones silenciosas, por tu fe inquebrantable, por tu amor sin medida.
Cada logro en mi vida es también tuyo, porque tu presencia vive en mí, aunque hoy estemos lejos físicamente.
Hace casi cuatro años que estoy en Estados Unidos, y aunque te tuve cerca un tiempo, la distancia aún duele.
Pero también me impulsa, me reta, me recuerda el propósito que me sostiene: servir, guiar y acompañar.
A mis hermanas – mamás con alas propias
Laura, tú eres organización, visión, liderazgo.
Tu capacidad de construir y reconstruir es admirable.
Veo en ti una mujer que equilibra con elegancia su rol de mamá, de profesional, de esposa y de mujer soñadora.
Samuel y Sara tienen el privilegio de tener una mamá que les enseña con el ejemplo, que los abraza con firmeza y dulzura a la vez.
Gracias por inspirarme cada día manita eres una mujer inquebrantable con un corazón lleno de mucho amor.
Eliana, tú eres luz, risa, conexión.
Eres una madre entregada, amorosa, que no deja de creer en la magia de la vida, a pesar de las batallas siempre encuentras la alternativa con una actitud arrolladora.
Manuel Antonio y Juan David te tienen como su motor, su apoyo, su refugio.
Y ahora que eres abu… ¡estás más luminosa que nunca!
Verte en esta nueva etapa me llena de orgullo y de amor, de satisfacción y admiración de ver como David llego a unir la familia, a colocar una huella imborrable en nuestras vidas.
Gracias por ser esa mezcla hermosa de locura, risas y amor.
A mi abuelita Josefina – el origen de nuestra fuerza
Y no puedo dejar de honrar a mi abuelita Josefina,
esa mujer sabia, profunda, con más de 90 años de historia tejida con amor y valor.
Abuelita, tú eres raíz, memoria, oración.
Eres la columna vertebral de nuestra familia.
Gracias por cada palabra, cada gesto, cada bendición.
A ti, mujer que me sigues – mamá, tía, amiga, emprendedora
Hoy quiero dirigirme especialmente a ti…
A ti que quizás estás criando a tus hijos sola.
A ti que trabajas duro para que no les falte nada.
A ti que emprendes, que estudias, que te formas, que te levantas incluso cuando nadie lo nota.
Hoy quiero darte las gracias y abrazarte con palabras.
A través de mis mentorías, talleres, conferencias y espacios de transformación,
me siento honrada de poder caminar junto a mujeres como tú,
que no se rinden, que brillan a pesar del cansancio, que siembran amor cada día.
Pero hoy, en medio de esta celebración, también quiero dejarte un mensaje muy importante…
Un mensaje que me ha transformado a mí y que deseo con todo mi corazón que llegue a ti:
No todas tuvimos una relación perfecta con nuestra madre.
Tal vez tu historia estuvo marcada por la ausencia, el dolor, las heridas no dichas…
Tal vez te has sentido desconectada, incomprendida, o incluso dolida.
O tal vez tu mamá ya no está contigo físicamente.
Y hoy la extrañas, la recuerdas, y deseas volver a abrazarla aunque sea un segundo más.
Hoy quiero decirte algo desde el amor más profundo:
la mamá que tuviste fue la que necesitabas para tu evolución.
Y eso no significa justificar el dolor, sino encontrar en esa historia una llave para sanar.
Sanar la relación con mamá, esté viva o no, es una puerta poderosa.
Una puerta que abre caminos, que desbloquea muchas áreas de nuestra vida…
incluyendo la abundancia financiera.
Porque cuando trabajamos nuestras heridas de infancia,
esas que quizás vienen desde la gestación, desde lo más inconsciente…
empezamos a reconocer patrones que se repiten en nuestra vida adulta,
y al hacernos cargo de ellas, abrimos la posibilidad de vivir con más plenitud y libertad.
Sanar la relación con mamá no siempre es fácil,
pero es un regalo que te haces a ti misma.
Es un camino hacia tu verdadero brillo.
Hoy, más que nunca, quiero invitarte a honrar a tu madre…
a tu manera, desde donde estés, desde lo que sientas.
Abrázala si la tienes cerca.
Escríbele si está lejos.
O háblale al cielo, si ya partió a otro plano, porque créeme…
ella te sigue escuchando.
Te sigue cuidando.
Te sigue amando.
Y si la relación ha sido difícil, hoy puede ser un nuevo comienzo.
Un paso hacia la sanación, hacia el perdón, hacia la libertad interior.
A todas ustedes, madres, abuelas, tías, amigas, emprendedoras, luchadoras incansables…
Gracias por existir.
Gracias por ser semilla, tierra fértil y fruto.
Dios las bendiga, las abrace y las acompañe siempre.
Con todo mi amor y admiración,
Alejandra Salgado
Consultora, mentora y mujer comprometida con ayudar a otros a brillar.
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